Para un ciudadano común, buscar una camisa puede ser a veces confuso y difícil porque por lo general existen demasiadas opciones en el mercado. Después de reducir las opciones de compra a una marca especifica, el color, el tipo de cuello, el tipo de manga y la talla, finalmente ese ciudadano común entra al almacén con la ilusión de encontrar esa prenda que se quiere comprar y como el almacén es de una marca reconocida y seria, ese ciudadano se imagina que esa prenda ha sido fabricada con una materia prima (tela) que cumple con las expectativas de calidad y el respaldo de la marca. Infortunadamente, ese no siempre es el caso. Muchas veces las telas de camisa dejan mucho que desear y todo el esfuerzo tecnológico de manufactura se pierde por una mala compra de tela.
La inconsistencia en la calidad de las telas de camisa es solamente comparable con la variedad de la oferta, razón por la cual las fábricas de camisas se ven obligadas a montar unos gigantescos departamentos de calidad e inspección y hacer el trabajo que ha debido hacer el fabricante o comerciante de la tela, ‘inspeccionar y certificar la calidad’ lo que conlleva a unos costos operacionales enormes, además de las pérdidas de horas hombre.
Por esta razón estos costos tienen que ser trasladados al fabricante o comerciante de la tela y la manera mas fácil es ser severos en la inspección y pedir los descuentos correspondientes al puntaje generado por los defectos.
Sin embargo existe un problema latente que no se corrige con la inspección de la tela, ni el puntaje generado por sus defectos, ese problema se llama ‘balance’. Un mal balance de la tela reduce la durabilidad de la misma, deteriorando la imagen de la marca de manera contundente.
Para determinar si el balance de la tela es el adecuado, debe hacerse un análisis textil a nivel de laboratorio que incluye pruebas de colorimetría, exposición a la lámpara de luz Xenón, proporcionalidad de hilos de urdimbre y trama, comportamiento al lavado manual y automático, planchado, pruebas de encogimiento, pilling y todo lo que se tenga a mano para tratar de imitar el comportamiento de la tela durante la vida útil de la prenda. Al ser este un examen más elaborado y costoso, es prudente evitar hacer compras a compañías proveedoras que hayan sido identificadas con este tipo de telas.
Las camisas fabricadas con algodón 100% son buenas conductoras de calor, se ven y se sienten verdaderamente bien. Dentro del algodón, se suelen diferenciar calidades dependiendo de la longitud de la fibra. Cuanto más larga, mejor; los mejores algodones tienen fibras de entre 1.5 y 2.25 pulgadas, y se destacan mundialmente el de Egipto, el Sea Island (originalmente de EE.UU.), y el Peruano, reconocido actualmente como el mejor del mundo bajo la marca PIMA.
¿En qué se nota la finura de una tela de algodón para camisa?
Definitivamente la diferencia la hace el hilo, cuando ha sido producido con estos algodones es más suave y resistente. Al fin y al cabo la tela es tan sólo la unión de muchos metros de hilo, por lo tanto la calidad y estructura de éste determina la calidad de la tela.
Comenzando por lo básico, el hilo puede estar formado por uno o dos cabos. Cuando es de dos cabos significa que cada hilo en realidad son dos hilos entrelazados y retorcidos entre sí.
Sería el "two ply cotton", famosa frase inglesa que figura en la etiqueta de muchas camisas y que denota un hilo de calidad. El hilo de un sólo cabo es menos duradero y por tanto, de inferior calidad. Como todos sabemos, los hilos verticales de una tela se denominan urdimbre, y los horizontales, trama. Pues bien, una buena tela debe tener tanto urdimbre como trama formada por hilos de dos cabos, lo que se denomina como 2x2.
Una vez aclarado esto, hay que saber que el hilo se distingue también y principalmente por el título. Éste hace referencia a lo grueso o delgado del hilo, y cuanto más alto es el título más delgado es el hilo y mejor resulta.
Una camisa de confección estándar tiene un título de 50 a 60 en uno o dos cabos (el título se suele poner con la terminación "'s", que deriva de su denominación original en inglés). Una camisa buena suele tener entre 60's y 80's dos cabos, y sólo las mejores y más exclusivas marcas utilizan hilados entre 80's y 100's dos cabos. Camisas fabricadas con títulos más altos son difíciles de encontrar en camiserías prêt-à-porter.
Estos títulos responden a una medida antigua inglesa que significa que, por ejemplo, un hilo 100's tiene 100 veces 380 yardas de hilo por cada libra de peso de tela; es decir, que en una libra (unos 450 gramos) hay 38.000 yardas (unos 35 kilómetros). Cuanto más fino es el hilo hay que poner más hilos por centímetro cuadrado, para que la tela de la camisa no se vea transparente. Estos dos factores hacen que la tela sea mucho más suave al tacto y tenga mejor caída.
El tejido: Por último, una vez que tenemos el hilo, éste se puede tejer de muchas formas diferentes para obtener diferentes texturas. Las formas más típicas de tejido en camisería clásica son: popelín (popelina o poplin), oxford, pinpoint oxford, piqué, villela, voile, batista y chambrais.
De todos, el más extendido es el popelín, formado al tejer el doble de hilos en urdimbre que en trama, creando una tela con alta densidad de hilos y terminación suave pero con cuerpo. Si es tejida con hilos finos, es ideal para camisas de hombre y mujer, muy delgada, muy fresca y crujiente al tacto, ideal para el verano.
En contra de un concepto muy extendido, el popelín no es una calidad de tela, sino una forma de tejer el hilo y por eso puede ser de hilo muy bueno o malo, y de algodón, algodón-poliéster, seda, etc.
El oxford es un tejido cuadrado (con igual número de hilos de urdimbre y trama) que se suele hacer con hilos de urdimbre un poco mas gruesos para denotar su textura típica; muy utilizado por fabricantes norteamericanos como Ralph Lauren o Brooks Brothers sin embargo, como es muy de sport, se creó el pinpoint oxford, una variedad de oxford con un hilo más fino y por tanto más elegante.
El voile es un tejido tafetán exquisito que se hace con un hilo muy fino pero resistente, y con muy poca densidad de fibra. Se fabrica con hilazas finas de alta torsión y se conoce por su toque áspero. Esta combinación produce una tela muy difícil de hacer, pero inigualable para el cálido verano. Similar en apariencia a las telas organdy y organza.
La batista, es una tela blanca, muy fina y con cierta densidad, hecha de algodón o lino (también las hay mezcladas con poliéster) de terminación suave y liviana.
Antiguamente se hacía con una ligera armadura de hilos de lino que le daban un brillo particular. Se tejía con urdimbres húmedos para que el hilo conservara su flexibilidad y servía para hacer vestidos de bautismo, blusas y pañuelos. Esta tela debe su nombre a su inventor, Baptiste Chambray que vivía en Cambray (Norte de Francia) en el siglo XIII.
También creador de la tela Chambray, que es una tela en tejido tafetán que solía ser fabricada principalmente en algodón o en seda, pero actualmente es mas común en fibras hechas por el hombre. Incorpora una urdimbre de color (generalmente azul) y trama de color blanco.
Existen también las telas twill, sarga o diagonal, está el ribbed o acostillado con una puntada en diagonal y también el herringbone o espina de pescado con esa misma forma diagonal en diseño zigzag, el resultado de estos tejidos fabricados si son con fibras finas es de gran suavidad y comodidad. La villela o sued, que combina las características del algodón y de la lana, típica de las camisas de cuadros o camisas de leñador y por último, la franela de algodón en camisas con cuadro Tattersall o ventana Inglesa para el campo o para ir a cazar típicas de Cordings en Londres.
También las hay en lino 100%, que en Colombia, nunca han podido distinguir de las imitaciones a las que insisten en llamar lino, así sean de poliéster.
Las camisas de telas artificiales como Rayón y Lyocell (Tencel), son una muy buena opción para reemplazar las 100% algodón y obtener un equivalente en confort y durabilidad a un menor precio.
Las mezclas con poliéster indican una camisa de calidad inferior. Tienen la ventaja de plancharse mejor y costar menos, pero el brillo que adquieren y la falta de transpirabilidad hacen de ellas unas prendas que no lucen del todo bien y generalmente son más incómodas. De hecho, es casi imposible encontrar en el mundo fabricantes que ofrezcan telas con hilados finos en mezcla algodón-poliéster o viceversa pues a partir de cierta finura de fibra los hilanderos encuentran mas rentable producir el hilo en puro algodón, dejando para las mezclas básicamente las fibras mas cortas que mezcladas con una fibra como el poliéster, productor natural de estática, alimenta y propicia el pilling, falla casi constante en todas las telas de poly-algodón.
Por lo tanto, existen miles de productores mediocres de telas camiseras en mezclas de Poly-algodón, especialmente en China, India y Pakistán y las fábricas de confecciones que insistimos en convertirlas y mercadearlas siempre sufriremos las consecuencias de esa mediocridad. Sin embargo, independientemente quien haga la tela, siempre habrá características que hacen que una tela sea mejor que otra y una de esas características es que esta tela, así sea Poly-algodón u otra mezcla, siempre sea de fibra corta, nunca de filamento, ni en urdimbre ni en trama.
Francisco Mejía-A
FWI-Textile Consultant
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